Cada septiembre la ciudad de Salta se viste de fiesta por la devoción a nuestros Santos Patronos. Los lapachos en flor anuncian el clima del milagro. En el alma de nuestro pueblo, la fe se manifiesta con el peregrinar de miles de personas que se trasladan a pie o a caballo desde localidades muy lejanas del interior para pedir por salud, paz y trabajo.
Esos peregrinos son recibidos con la emoción que transmiten rostros curtidos por el sol y bañados de lágrimas de emoción. Ni las inclemencias del tiempo pueden detenerlos.
"Señor del Milagro del pueblo de Salta no apartes tu amor", "Virgen del Milagro, gloria de este pueblo, en quien siempre halla todo su remedio".Así rezan los versos escritos por Emma Solá de Solá y que todos los que participamos de estas solemnidades cantamos.